Banderitas de colores

Estos últimos años con la llegada del buen tiempo, me había fijado que empezaban a aparecer en diferentes zonas de jardines de mi pequeña ciudad, unas pequeñas banderitas de color amarillo. Se podían ver por todas partes, en zonas privadas y públicas, con sutiles cambios en el tamaño y el color. Al acercarme, descubrí que señalaban una zona en la que se había aplicado algún tipo de pesticida, (herbicida, control de roedores o lo que fuera). No fue hasta más tarde que descubrí que desde 2005, en el estado de New York es obligatorio para todas las empresas de pesticidas y fumigación el señalizar las zonas en las que se ha aplicado, y debe de estar ahí al menos 24 horas. Me pareció práctico, la verdad.

Cartel de pesticida, justo a la salida de mi casa.

Tiempo más tarde, pero también en los meses de buen tiempo, me fijé que en uno de los parques de mi pequeña ciudad habían colocado múltiples banderitas, de colores verde y azul, que además parecía que seguían un camino en el césped. Me extrañó y me pregunté que podría ser, porque tenía toda la pinta de ser algún tipo de señalización desconocida para mí. ¡No iban a ser todo pesticidas de diferentes colores! Así que, después de ver banderitas en varios lugares más, me puse a investigarlo. Y descubrí que efectivamente, es un código estandarizado por la Asociación Estadounidense de Obras Públicas o American Public Work Association. Las banderas sirven para marcar si algún cable o tubería está enterrada ahí cuando hay que realizar algún tipo de excavación. Se recomienda para evitar accidentes y por mayor seguridad marcarlo así, con banderas, o con pintura en el suelo. Según el color, tenemos el siguiente código:

  • Blanco: Propuesta de excavación
  • Rosa: Marcas temporales de reconocimiento
  • Rojo: Cables eléctricos
  • Amarillo: Tuberías de gas, vapor, aceite o petroleo
  • Naranja: Cables de comunicaciones, alarmas o señales
  • Azul: Tuberías de agua potable
  • Violeta: Tuberías de agua reciclada, de irrigación y de lodo
  • Verde: Alcantarillado y tuberías de drenaje

Es interesante y no deja de ser práctico para los obreros que se encargan de la construcción. Y ya sabiéndolo, no me extraña tanto ver todas esas banderas.

Banderitas marcando tuberías de agua potable y de alcantarillado.
Banderitas de alcantarillado, junto a la tapa de alcantarilla. Tiene sentido.
Banderitas para las comunicaciones en la entrada de un complejo de apartamentos.

Así que si a alguno os entra la curiosidad al verlas, pues ya lo sabe 😊.

Cableado eléctrico

Quitando las grandes ciudades como New York City, Albany o Buffalo, el estado de New York cuenta aún con 62 ciudades y 933 pueblos. El turista ocasional normalmente no visita esta parte, que es tan diferente, por lo que muchas veces se encuentra con diferencias que le sorprenden.

Una de las cosas que más visitantes (de España) me han comentado que les llama la atención, son los postes con cableado eléctrico, que se pueden ver en la mayoría de los pueblos de aquí. ¿Y por qué llama esto la atención? Pues imagino que es porque en España ya no se ven este tipo de postes tan a menudo. Y aquí, fuera de las grandes ciudades, es la norma.

¿Y cómo son estos postes? Pues suelen ser de madera. Miden aproximadamente 12 metros de alto y están separados unos 40 metros en áreas urbanas, y hasta 90 en áreas rurales. Llevan, además de los cables para proporcionar electricidad (junto con fusibles, tomas de tierra y transformadores), los cables del teléfono, la televisión por cable e internet. Algunos de ellos, además, incluyen otros equipamientos como semáforos, farolas o cables extra para poner decoración de luces. Esto hace que acaben transportando muchísimos cables, que cuelgan pesadamente por encima de las cabezas de los viandantes. El cielo acaba cruzado de cables, que recuerdan un poco a ciudades con tranvía.

Típico cielo en una carretera de las afueras, White Plains, NY

Estos postes tienen varias desventajas evidentes, como que no resisten tan bien el daño de los elementos (viento, lluvia…) o de las plagas (hongos, insectos, pájaros carpinteros…). En nuestra zona, el principal problema suele ser que el viento tira árboles, y éstos arrastran varios postes en su caída, con lo que hay cortes de luz. La nieve también los afecta mucho, al acumularse encima de los cables y hacerlos ceder. Además, los productos químicos que se usan para tratarlos para la intemperie, creosota sobre todo, se consideran muy tóxicos y se están intentando sustituir poco a poco por alternativas que dañen menos al medio ambiente.

Por otro lado, los postes de madera también requieren mucho mantenimiento y, si no se cuidan apropiadamente, pueden causar peligro de electrocución o de incendios. La vida media de uno de estos postes es de 55 años, que no es tanto para todos los que hay. Se puede observar a simple vista como la gran mayoría de los postes están envejecidos y tienen partes oxidadas.

Árbol con la copa podada para que pasen los cables. No es lo más seguro en caso de vendaval o chispazo eléctrico.

Yo estaba acostumbrada a no ver postes, ya que el tendido va bajo tierra en muchas ciudades españolas, o a que los postes fueran de acero o cemento. Había visto postes de madera en zonas rurales, pero se ve que tienden a desaparecer… Aquí no se cambia a otros modelos de cableado, y no parece que se vaya a hacer en un futuro. La explicación es una mezcla entre lo caro que es soterrar los cables y las dificultades de actuar en un terreno tan difícil, lleno de bosques y lagos. ¿Ya he hablado antes de los problemas de infraestucturas que tenemos aquí? Esto es otra muestra más. Sí que sé que hay zonas de Estados Unidos donde se está transicionando a postes de acero, pero no creo que en futuro lo vayamos a ver por aquí.

Por las carreteras también se pueden ver estos postes, más expuestos aún a los elementos.

Si viajáis por esta zona, ¡no dejéis de fijaros en estos postes! Desde luego, tanto a mí como a varios de mi familia y amigos les ha parecido algo peculiar.

Multivitaminas

¡Cuanto tiempo sin escribir! En mi defensa, añadir que han sido unos meses muy locos, estresantes y llenos de médicos. Seguimos con ello, ¡pero esperamos que se acabe pronto!

Hablando de médicos, me gustaría escribir un poco acerca de la cantidad enorme de vitaminas y suplementos que toman aquí. Las primeras veces que pasaba por los pasillos del supermercado donde las tienen recuerdo pensar que había muchísimas, no solamente de cantidad (suelen ocupar al menos medio pasillo), si no también multitud de marcas y tipos diferentes. Desde suplementos de calcio y fórmulas multivitamínicas para el día a día, hasta aceite de pescado y suplementos para bajar de peso. Según he podido averiguar, un gran porcentaje de gente los toma, y la razón detrás de ello no siempre es que un médico lo recomiende, si no más bien porque se tiene la idea de que son «sanos» o «ayudan a mejorar la salud«. Es muy curioso, porque da la sensación de que para muchos, tomar vitaminas fuese un poco costumbre, como un hábito que han tenido desde pequeños. Supongo que es parecido a lo que a mí me decían de pequeña de comer naranjas en invierno para tener más vitamina C… pero con pastillas. 😅 También es verdad que son muy sencillas de conseguir (están en casi todas las tiendas y no requieren receta), y en mucha de la publicidad que se puede encontrar, te las venden como un producto sano. Llevar una vida saludable, tampoco es tan fácil aquí, sobre todo entre la gente que no tiene tantos ingresos: la comida sana es mucho más cara y no siempre hay tiempo o medios para hacer ejercicio. Así que, ¿por qué no usar suplementos?

Pasillo de supermercado con botes de vitaminas y suplementos alimenticios para hombres, mujeres y niños

Luego, hay otra cuestión muy «interesante» sobre estas vitaminas… Y es que muchas de ellas, parecen chucherías. No, no es una broma. Las venden de diferentes formas, pero muchas son fácilmente confundibles con gominolas: tienen la misma forma, son blanditas y de colores, y algunas de ellas incluso están recubiertas de azúcar. Yo hasta que no lo vi, no me lo podía creer.

Suplemento con vitaminas A y D en gominolas con sabor a naranja, melocotón y frutas del bosque
Más vitaminas, indistinguibles de unas gominolas

¿Por qué es esto? Por lo que he podido averiguar, es una estrategia de marketing para hacerlas más apetecibles a los niños… pero también a los adultos. Así que hay muchos adultos que se las comen diciendo que es más fácil masticarlas que tragar una píldora y que saben mejor que las medicinas tradicionales. Mención aparte merece el hecho de que tengan mucho azúcar y que es cuestionable que sean TAN sanas… Pero bueno, no deja de ser algo curioso.

Así que ya sabéis, id con cuidado con las golosinas de aquí, ¡que pueden ser un complejo multivitamínico sin que os déis cuenta! 😂

Elecciones y publicidad

Dentro de poco, el 8 de noviembre, habrá Elecciones Legislativas generales aquí en Estados Unidos. Es algo un poco confuso de entender, porque son elecciones a varios niveles, y se votan varios cargos con el objetivo de formar el Congreso.

  • A nivel federal, se votan los miembros del Senado y de la Cámara de Representantes.
  • A nivel estatal, se votan los Governadores del Estado, los Fiscales del Distrito, los Legisladores del Estado, los Tesoreros del Estado y los Secretarios de Estado.
  • En algunos condados, municipios, se hacen también elecciones del ayuntamiento local, de juzgados o incluso de juntas de distrito.
  • Aparte, hay una serie de elecciones especiales por estado y, como no es exactamente la misma legislación, no en todos se votan los mismos cargos.

La verdad es que no acabo de entender muy bien aún cómo funcionan las elecciones aquí, me parecen un poco caóticas. Uno de los motivos es que no puedo votar (no soy ciudadana, es evidente), y eso ha hecho que no le haya prestado demasiado interés. Si algún día acabamos solicitando la ciudadanía de los Estados Unidos, supongo que me pondré más seriamente a investigar el sistema… Sí sé, por ejemplo, que una de las agencias autorizadas para registrarme como votante es el Departamente de Tráfico (DMV), porque cuando me saqué el carnet me dijeron que si quería registrame. También sé que se puede votar por adelantado desde este sábado, cuando la gente probablemente esté ya celebrando Halloween… Y sé esto, principalmente, por la publicidad de los candidatos, que me parece de lo más curiosa.

Aquí tradicionalmente se hace publicidad mediante carteles, pero diferentes a los que he visto en España. Están hechos con tela o con una cartulina más o menos gruesa, y pegados a una estructura de alambre fino. Estos alambres normalmente se clavan en la tierra o en el cesped, cerca de las aceras o de las carreteras, para que los vea la gente que pasa. En alguna ocasión los he visto atados a vallas metálicas o sujetos a alcantarillas. Se encuentran no solamente en ciudades, si no también en urbanizaciones y carreteras secundarias… porque recordemos que la gente anda poco y tienen que ver esto desde el coche. En estos carteles se promociona de todo, desde comercios y servicios, hasta declaraciones políticas o personales.

El cartel superior es de la universidad MIT en Boston, promocionando el uso de la mascarilla entre los estudiantes, y el inferior, es publicidad de una empresa de reformas en Yorktown Heights, NY

Pero es muy normal que proliferen los de los candidatos cuando hay elecciones cerca, principalmente porque está legislado que estén limitados en el tiempo y, muchas veces, por zonas. También hay promociones en otros medios, por supuesto, como internet, televisión, en el transporte público… Pero se sigue confiando en los carteles, como otra forma más de publicidad. Y por supuesto, lo más importante es poner un nombre bien grande, que le pueda sonar a la gente, y se suele usar mucho los colores azul, rojo y blanco.

Varios carteles con diferentes candidatos a puestos varios (congreso, ejecutivos, junta de distrito y jueces) en diferentes pueblos de NY

Me encanta la diferencia con España o con otros sitios europeos que he visitado, donde los carteles se suelen poner en muros o zonas públicas. Aquí, está claro que eso no funciona, sospecho que no solamente es porque la gente no ande tanto, si no también por la ausencia de paredes. Muchos de los pueblos de NY se organizan en casas individuales con un jardín delantero privado, y las plazas y los espacios públicos grandes que no sean parques, son escasos fuera de las grandes ciudades. Hay mucho espacio, sí… ¡pero está lleno de árboles! Así que tener algo que se pueda clavar en la tierra, (y a veces en las alcantarillas) es la mejor opción.

¡No quiero imaginarme poner estos carteles en Madrid, con todo el asfalto! 😱

Preparándonos para Halloween

Creo que ya va siendo hora de hablar un poco de Halloween (o, como dicen por aquí, Hal-o-WIIN). Este año va a ser nuestro primer Halloween normal por aquí, y la verdad es que estoy deseándolo. Cuando llegamos, hace dos años, fue realmente curioso. A la gente, supuestamente porque había sido un año muy triste con la pandemia, se le fue la mano con las decoraciones y fue totalmente espectacular. Se veían los jardines hasta arriba de figuras de todos los tamaños, calabazas, esqueletos, telarañas falsas, luces y proyecciones… ¡hasta llegamos a ver un mini aquelarre con muñecos! Pero por desgracia, se desaconsejó a los niños salir a pedir chuches en muchas partes. A mucha gente le dio penita, y dejaban boles de chocolatinas fuera de casa para que los niños cogieran, o se inventaban sistemas para que no hubiera contacto. Nosotros nos habíamos preparado y habíamos creado bolsitas con chocolates, pero sólamente tuvimos en casa a un niño, disfrazado de Spiderman.

Entrada a una casa en Dobbs Ferry, NY, en Halloween de 2020. Habían dejado bolsitas individuales para que las cogieran los niños (¡había gel y todo!).

El año pasado, con la mejora de las condiciones de la COVID, esperábamos más afluencia de niños. Así que compramos bastantes chocolatinas y las preparamos primorosamente en bolsitas individuales. Que por cierto, cuando llegamos aquí descubrimos que casi todas las «chuches» son chocolates, así que también nos informamos de cuáles eran las más populares para integrarnos mejor. En el edificio nos pasaron unos carteles para que los pusiéramos en la puerta si nos encontrábamos confortables con la idea de que vinieran a pedir. ¡Por supuesto que lo estábamos! Compré varias calabazas, sin pasarme, y el día de Halloween nos pusimos a esperar a los niños. Pero parecía que tampoco estaba la cosa muy animada… Vinieron tres al final, un niño y dos niñas, todos ellos monísimos con sus pequeños disfraces. Como es de imaginar, nos sobró chocolate por todas partes, que tuvimos que repartir con nuestros amigos 😅.

Este año, la verdad es que espero ver algún niño más. Y aunque creo que no compraremos tantos chocolates, lo cierto es que sí que he ido comprando más decoración, poco a poco. La verdad es que es absolutamente fascinante todo el merchandising de Halloween, y cómo está de trabajado. Hace poco, fuimos a una tienda que se llama Spirit Halloween Superstore, y la idea es curiosa. Se trata de una cadena que solamente abre para Halloween, y para ello alquila locales que el resto del año se usan para otras cosas. La tienda en sí, es un espectáculo. Aparte de todas las cosas que tienen de decoración, disfraces, juguetes, ropa, etc…, se montan varias instalaciones terroríficas para que los visitantes paseen y lo pasen de miedo. ¡Sustos incluídos! Merece la pena visitarlas aunque sea para mirar.

Interiores en la tienda de Spirit Halloween. El mono medía casi dos metros; se iluminaba, movía los platillos, gritaba y me parecía terrorífico 😅.
Otras decoraciones de otras tiendas, de interior y exterior. Hay para todos los gustos.

Muchas tiendas empezaron con la decoración de Halloween ya a finales de agosto. Y sí, ahora que queda un mes para que sea Halloween… ya casi están agotadas las decoraciones y empiezan con las de Navidad. Pero aún quedan algunas cosas, y sorprende la variedad. Hace falta verlo para creerlo: jabones, manteles, calcetines, chucherías, cuadros, trajes para perros, tazas… de verdad, que cualquier cosa se puede convertir en terrorífica.

Mini gofreras de Halloween. ¡Lo peor es que me encantan! ❤️

Por mi parte, voy poco a poco comprando cosas divertidas y terroríficas para prepararnos para la fiesta. ¡A ver qué tal este año!

El calor y el peligro de las playas

Hace un calor espantoso en NY: estas últimas semanas las temperaturas rondan los 32-35 grados de máximas, con mínimas de entre 20 y 22. Sí, parece que me quejo de vicio, y sé que no es tanto como en España. Pero es que con la humedad relativa que tenemos aquí, que durante el día está entre el 70% y 80%, la sensación térmica es de al menos 5 grados más de lo que marca el termómetro, y puede llegar hasta los 42 o 45 grados sin pestañear. Con esto, los neoyorquinos acuden en masa a sitios fresquitos donde tomarse un respiro. Fuentes, piscinas, e instalaciones especiales para mojarse un poco. También centros comerciales, comercios y supermercados, con el aire acondicionado a tope y en los que te acabas muriendo de frío. Pero lo que sea para huír del sol, que pica mucho.

Instalación con vapor de agua junto al Unisphere. Flushing Meadows Corona Park, Queens, NY.

¿Y qué pasa con las playas? Bueno, pues este año las playas están teniendo… bastantes problemas. Resulta que desde que se abrieron el pasado 31 de mayo, se han registrado muchos más avistamientos de tiburones de lo normal, e incluso ha habido varios ataques leves. Tanto es así, que en plena ola de calor, la gobernadora Kathy Hochul decidió cerrar temporalmente las playas de Long Island, consternando a cientos de acalorados ciudadanos (se puede leer la noticia aquí). Curiosamente, no es el único estado donde se han visto tiburones, ya que en las costas de Connecticut, Rhode Island y Massachussets también hay muchos más de lo esperado. Se dice que las altas temperaturas del agua los atraen a la costa, al igual que a los delfines, ballenas y otros animales marinos.

Carteles de advertencia a la entrada de varias playas en Cape Cod, Massachussets. No dan ganas de bañarse 😅

Hace unas semanas estuvimos en una playa en Provincetown, en Massachussets, y se podía notar que había miedo a meterse demasiado dentro del agua. Por la mañana se habían visto tiburones y la gente no se sentía segura. Pero el mar estaba lleno de vida: gaviotas, charranes, cormoranes buceando a nuestro lado… A lo lejos, de vez en cuando, se podía ver el chorro de la respiración de alguna ballena. Y un poco antes de ir a la playa, habíamos visto dos focas grises en el puerto, para nuestra alegría. Así que nos metimos hasta la cintura en un agua absolutamente helada, y nos volvimos a la orilla con relativa rapidez mientras nos daba la risa floja. Al día siguiente, leí en una noticia que en esa misma playa habían visto una carabela portuguesa… También estuvimos de pasada en la costa de Newport, en Rhode Island, y pudimos ver como la gente estaba en la playa sólo tomando el sol y disfrutando de paseos por la orilla. Y las rocas llenas de cormoranes y correlimos.

Preciosa vista de la playa de Race Point, Provincetown, Massachussets. Se puede ver como la poca gente que hay no se mete en el agua.

Es curioso como en este país estamos tan en contacto con la vida salvaje, siempre me maravillo de ello. Y pese a que este calor horrible sea consecuencia del calentamiento global, me alegra ver que al menos hay tantos animales que lo sobrellevan. Y si el no bañarnos en las playas les deja su espacio, pues tampoco pasa nada, ¡que siempre nos quedan las piscinas!

De ruta por el campo

Con lo poco que les gusta andar a muchos americanos, no deja de parecerme curioso lo populares que son las rutas para andar en la naturaleza. Ya sé que no es igual estar en un bosque precioso que ir andando a comprar un café a la gasolinera… ¡Desde luego, no es lo mismo 😂! Sólo en el estado de Nueva York, hay más de 700 rutas o trails, casi todas en reservas naturales o parques. A menos de 20 minutos en coche de mi casa, puedo encontrar más de 100 de ellas, es muy impresionante. Y con toda la naturaleza que hay aquí, la verdad es que se agradece.

La mayoría de las rutas tienen una estructura similar. Al comienzo, suelen tener plazas de parking; en los parques grandes, muchas veces te cobran una pequeña cantidad por aparcar, principalmente por motivos de mantenimiento, y para también controlar que no se llene en exceso. En estos parque grandes, también es común encontrar cerca de la entrada una zona de picnic o zonas de barbacoas públicas. A veces, también puedes encontrar un centro de actividades, baños y, en sitios especialmente populares, he llegado a ver tiendas de recuerdos. Antes de entrar en la ruta, casi siempre hay un pequeño tablón de anuncios informativo. En él ponen mapas de la zona, recomendaciones y avisos. Por ejemplo, es muy común poner precauciones ante animales (las famosas garrapatas sin ir más lejos), si admiten perros (en muchas sólo con correa) y los horarios del parque. Algunas rutas cierran durante el invierno, y suelen estar abiertas desde el amanecer al anochecer.

Rutas y señalizaciones en Saratoga State Spa Park, Saratoga Springs, NY

Hay rutas para todas las edades, dificultades y actividades, siendo las más populares andar, correr, montar en bicicleta, montar a caballo, pescar, observar pájaros o animales, y esquiar o andar sobre nieve. También, por supuesto, hay rutas con escalada o bosque a través, que tienen mayor dificultad. La mayor parte de ellas están muy cuidadas, pavimentadas en muchas ocasiones y bien señalizadas. Algunas están más asalvajadas, depende un poco de quién las mantenga, que pueden ser organizaciones estatales, locales, privadas o incluso voluntarios. Hay tantas, que muchas veces vas por la carretera y te encuentras la entrada señalizada de alguna de la que no tenías ni idea, medio oculta por la vegetación. Y la verdad es que son preciosas de descubrir.

La ruta de Bronx River Pathway, que va desde Harstdale a la presa de Kensico está muy bien cuidada. Tanto que hasta tiene paradas con audiocomentarios. Scarsdale, NY.
Las rutas de Silver Lake Preserve van directamente por el bosque y apenas se ve por dónde hay que ir. Por suerte, se atisban los círculos amarillos en los árboles y rocas, para saber que vas por el buen camino. Harrison, NY.
Watkins Glen es el parque más bonito en el que he estado. Las ruta principal es simplemente espectacular y merece muchísimo la pena de visitar. Watkins Glen, NY.

Así que ahora que hace buen tiempo, es muy común irse a pasar la mañana caminando por uno de estos trails, o a la caída de la tarde, cuando hace menos calor. Aquí hemos podido ver paisajes muy impresionantes, cataratas, ríos y bosques, y animales de todo tipo, desde ciervos y mapaches, a todo tipo de pájaros y mariposas. Sólo hay que acordarse de llevar buen calzado, protección contra el sol, un buen insecticida, una botella de agua, ¡y al campo!

Llega el verano

Aunque oficialmente el verano no llega hasta el 21 de junio, el pistoletazo de salida lo marca el Memorial Day. Este día, que se celebra el último lunes de mayo, crea uno de los pocos puentes que hay en el calendario americano, (Memorial Weekend) y es el día que se abren las piscinas y las playas. Permanecen abiertas hasta el Labor Day, que es el primer lunes de septiembre. El día que acaba el verano, no oficialmente.

Pues sí, ya ha empezado, y en efecto todo se ha celebrado este pasado Memorial Weekend. Ha habido una gran diferencia con respecto al año pasado en pandemia: ha habido desfiles, eventos y celebraciones de los caídos. También se ha vendido el merchandising normal de esta época del año, todo con sus colores blanco, rojo y azul. Por si os lo preguntáis: sí, se ve a la gente vestida con esos colores en el Memorial Weekend, y con estrellas. Las calles se han vuelto a engalanar con banderas americanas, que se quedarán hasta julio, y este mes compartirán espacio con las banderas del orgullo LGBTQ+. La gente se ha echado a la calle todo lo que ha podido. Bueno, todo lo que le ha dejado el tiempo, que está loco, y estamos pasando de los 35ºC y calor agobiante, a 17ºC y tormentas brutales. A veces, en el mismo día 😅.

Banderas americanas y del arco iris en Manhattan, en junio del 2021

Pero el tiempo no ha impedido del todo que la gente se lanzara a las barbacoas públicas (las hay en parques, edificios y condos) y a las piscinas. Las barbacoas continuarán siendo una constante durante todo el verano: en el patio de nuestro edificio es normal encontrar agente cocinando en ellas todos los días. Y por supuesto, ¡el verano aquí significa s’mores! Para la gente que no los conozca, los s’mores son un «postre» típico de los campamentos de verano. Para hacerlo, hay que coger una nube de azúcar (malvavisco o marshmallow), ponerlo en una hoguera o barbacoa hasta que se derrita un poco, y añadirle un trozo de chocolate entre dos galletas. Esto tiene su técnica, y cualquier niño americano estará encantado de enseñarte lo mal que lo haces 😂. Incluso hay marcas que se consideran las óptimas para hacerlos (Graham, Hershey’s y Jet-Puffed 😌). El caso es que aquí les encanta, y no sólo venden packs para hacerlo, si no que se pueden encontrar postres, cereales, helados y bebidas con este sabor. Los s’mores es una de las cosas que hay que probar aquí, no tiene tanta gracia si no.

Estantería de un super mercado con todo lo necesario para hacer s’mores.

Por lo demás, veamos qué tal se nos da este verano, en el que ya se siente que no hay tantos problemas con el COVID y parece que podremos vivir una experiencia más auténtica 🤞.

Propinas inesperadas

Cualquier español que haya estado alguna vez en los Estados Unidos, sabe que allí las propinas en bares y restaurantes funcionan diferente. En España la propina es optativa y se suele dar como una recompensa extra al buen servicio. Aquí en Estados Unidos, el hecho de no dejar propina se considera extremadamente maleducado. La propina va directamente a la persona que te ha servido y forma una parte importante de su sueldo. Tanto es así que muchos camareros no podrían llegar a fin de mes sin ese dinero, ya que su salario base es muy bajo. Este sueldo es bajo porque se entiende que les van a dar propinas, pero no siempre tienen suficientes propinas… Una pescadilla que se muerde la cola.

Total, que tú no quieres ser ingrato con ese camarero tan majo que te ha traído agua fresquita y te ha hecho un par de chistes. Por supuesto, tampoco quieres que se quede en la calle. Y puede que te apetezca volver a ese restaurante sin que te miren mal… El resultado es que normalmente se deja una propina que suele ser un porcentaje de lo que te hayas gastado. Lo que se suele dejar es entre un 15% y un 25%, aunque para cosas pequeñas (un café, por ejemplo), he llegado a ver el 5%. Es un poco pesado, sobre todo al principio, hacer el cálculo para dejar la propina. Pero te acabas acostumbrando e, incluso, en algunos sitios ayudan poniéndote en las cuentas varios porcentajes que puedes dejar.

Copia de cliente de una factura en un restaurante de Manhattan, con varias opciones para la propina.

Así que pronto te acostumbras a dar propinas a los camareros. Pero lo que no me esperaba, es lo que el otro día me llegó por correo: una petición para dar una propina a un médico.

La traducción es la siguiente:

«¡Quiero expresar mi gratitud!

¡Sí! Estoy encantada de hacer este regalo especial al Hospital _ en reconocimiento de vuestro excelente personal y la alta calidad de los cuidados médicos que me proporcionasteis.

Por favor, para pagar este regalo, ponlo a nombre del Hospital _ y devuélvelo con su formulario en el sobre proporcionado. Para pagarlo, mira el reverso. También puedes hacerlo online en _ o por teléfono, si te es más sencillo.

¡Tu tarjeta se dará a la enfermera o doctor que haya marcado la diferencia para tí!«

Y en la parte de abajo:

«Querido _

Gracias por los compasivos cuidados que recibí en el Hospital _. Hicistéis mi dificil momento un poco más fácil.«


Ya sé que más que una propina, lo que me están pidiendo es una donación. Pero es básicamente lo mismo, a nivel práctico, porque me piden que sea a una persona o equipo por su servicio. ¡Y bien bonita, que parece una postal! 😂 Esto me viene por una radiología que me tuve que hacer (¡nada grave, fue una prueba de diagnóstico de 10 minutos!). Para pagarla, me llegó por un lado la factura del procedimiento, y por otro, la factura para el médico y el equipo. Así que ellos ya están pagados. La tarjetita venía acompañada de una carta que animaba a donar también para el hospital, ya que, según explicaba, eran una organización sin ánimo de lucro y que necesitan invertir en infraeestructuras, tecnología y formación.

Y yo no quiero ser ingrata, porque la verdad es que tanto médicos como enfermeras me trataron muy bien. Excepto para mandar los resultados, que tardaron dos meses, y no nos contestaban a llamadas, mensajes ni correos electrónicos… Y también lo digo: los médicos no son precisamente baratos, y sé que los seguros cubren sus sueldos.

Así que bueno, me lo tengo que pensar. Sobre todo si quiero volver 😅.

Relaciones con el alcohol

Me llama mucho la atención la relación que tienen muchos americanos con el alcohol. Una de las cosas que me parece curiosa, es el hecho de que se venda tanta cerveza en las gasolineras. Ya sé que en España se vende, pero no he visto ni tanta cantidad ni tanta variedad. Está prohibido en NY vender vino y licores en las gasolineras, así que con la cerveza parece que hacen su agosto.

De hecho, hace no mucho entré en una que tenía su propia sección de packs, tanto de cervezas como de gaseosas con alcohol (hard seltzers, son muy populares por aquí). Así, podías comprar tus cervezas frías de las neveras, y después coger una caja de 12 o 18 unidades para el camino. ¡O varias! No sólo cervezas comerciales, si no también artesanales. Y a buen precio.

Gasolinera de NY

Pero claro, también es verdad que el alcohol es carísimo. En un bar o restaurante, una cerveza sale a unos $6 si es convencional o a $8 / $12 si es artesanal. Una copa de vino, puede ser de $10 a $15, si no más. Y un cóctel, de $12 a $16. Por esto, a veces tomarte un cóctel sale a cuenta. Y se nota que aquí les encantan los cócteles, sobre todo por la variedad y por el entusiasmo. No es raro que haya restaurantes famosos sólo por sus cócteles, ni tampoco es raro ver cócteles de temporada (¡que se acaban, no dejes pasar la oportunidad!) o cócteles de baristas invitados. La verdad es que suelen estar muy trabajados, no vamos a negarlo.

Precioso cóctel con café en copa de cobre

También hay muchísimo rechazo a beber. Me he enterado hace nada que existen los llamados «condados secos» o «dry counties«, donde está prohibido vender y consumir alcohol. En New York no hay, pero sí que hay «comunidades secas» o «semi secas», en las que se limita la venta. En concreto, en el estado de New York hay 7 ciudades secas y 39 parcialmente secas. En las parciales, se aplican normas como que sólo se puede comprar alcohol para llevar, o no se puede beber en eventos deportivos, o sólo se puede beber en las fiestas.

Otro dato curioso de Nueva York es que hasta 1982, la edad legal para beber eran los 18 años. Ese año se subió a 19 años, y duró hasta 1985. El año anterior, el Acta Nacional para el Mínimo de Edad para Beber redujo un 10% las ayudas federales para autopistas a los estados cuya edad mínima fuese menos de 21. Así que decidieron subir la edad, lo cuál tiene sentido porque ese dinero se necesita, creedme. Actualmente, los menores de 21 no pueden comprar o tener alcohol para el consumo. Tampoco pueden entrar en una licorería sin estar acompañados de un adulto, no sea que la vayan a liar o algo. Pero bueno, también me han hablado de hoteles en los que no te dejan ir al bar si vas con tu hijo.

La última vez que fuimos a nuestra tienda de cervezas favorita a comprar, hice la siguiente foto. Quiero señalar el cartel que se ve en la parte superior, donde se puede leer:

«Por debajo de 21 No hay tabaco.

We Card (es un programa para la prevención del tabaco en jóvenes). La ley prohibe la venta de tabaco a menores.

Por favor, ten preparado tu carnet de identificación»

También decir que la tienda no sólo vende cerveza, si no también refrescos y gaseosas, por lo que un menor podría entrar sin problemas. Pero la verdad, no puedo evitar pensar que parecen mucho más preocupados por el tabaco que por toda la cerveza que hay en esa tienda.

Docenas de cervezas, pero cuidado con el tabaco

Así que se puede ver que hay muchas formas de consumir alcohol: caras, baratas, de calidad alta y baja. Y también se ve que hay mucha protección a los jóvenes, lo cuál está bien, además de que se les intenta educar para que conozcan las consecuencias de beber. Hay extremos, y a veces se falla pero la intención está ahí.

A mí personalmente me da pena que el consumo moderado de bebidas alcohólicas de calidad como el buen vino o las buenas cervezas sea tan caro, lo que entiendo que es una forma de desincentivar que la gente las tome. ¡Será que en España tenemos la suerte de poder acceder a buena bebida a buen precio!

Pascua y cerezas

Poco a poco empieza a parecer que estamos en primavera. La Pascua está a la vuelta de la esquina, con los niños buscando los huevos de chocolate y los conejitos de dibujos animados. No deja de hacerme gracia la cantidad de dulces que se crean (y se consumen) especificamente para las fiestas. Y aunque no comas dulces, es relativamente común que te regalen flores (tulipanes o narcisos son los clásicos), o una tarjeta.

La peor tarjeta de Pascua que he sido capaz de encontrar.

Por cierto, los conejitos reales, no los de Pascua, ya se están empezando a dejar ver, al mismos tiempo que muchos pájaros, que en invierno casi no se veían. Zorzales robín, mockinbirds, y estorninos, y también hay muchos cuervos. Como está lloviendo bastante, aún no se ven tantas flores como el año pasado, pero también empiezan. Atisbar los tonos rosas de las primeras flores de los ciruelos de jardín desde la ventana, se ha convertido en la primera señal del buen tiempo. Se nota también que están volviendo los eventos y la vida más a la normalidad. Sí que hubo desfile de Saint Patrick -el famoso de Manhattan, e incluso uno en nuestra ciudad-, y además hemos recibido una revista llena de actividades locales para todas las edades, junto con festivales varios, que se están volviendo a realizar. La verdad es que esto era un poco lo que esperaba cuando pensábamos mudarnos aquí, antes de la pandemia. Ahora con los contagios remitiendo en todas partes, y llevando más de un mes sin mascarillas obligatorias, parece que vuelven.

Yo estaba esperando el festival japonés de la floración de cerezo, ya que me enteré que hacían uno enfente de nuestra casa (hay un parque con más de 100 cerezos). El año pasado fue impresionante ver las flores y, desde que pude vivir la fiesta real cuando estuve en Tokio, me apetecía muchísimo volver a verlo. Pero parece que no se va a hacer este año tampoco.

Flor de cerezo Kanzan del año pasado.

Así que tendré que esperar un poco más, seguir admirando las flores, e intentar ir a otro de los múltiples eventos de la primavera. ¡Sólo espero que el tiempo acompañe!