Quitando las grandes ciudades como New York City, Albany o Buffalo, el estado de New York cuenta aún con 62 ciudades y 933 pueblos. El turista ocasional normalmente no visita esta parte, que es tan diferente, por lo que muchas veces se encuentra con diferencias que le sorprenden.
Una de las cosas que más visitantes (de España) me han comentado que les llama la atención, son los postes con cableado eléctrico, que se pueden ver en la mayoría de los pueblos de aquí. ¿Y por qué llama esto la atención? Pues imagino que es porque en España ya no se ven este tipo de postes tan a menudo. Y aquí, fuera de las grandes ciudades, es la norma.
¿Y cómo son estos postes? Pues suelen ser de madera. Miden aproximadamente 12 metros de alto y están separados unos 40 metros en áreas urbanas, y hasta 90 en áreas rurales. Llevan, además de los cables para proporcionar electricidad (junto con fusibles, tomas de tierra y transformadores), los cables del teléfono, la televisión por cable e internet. Algunos de ellos, además, incluyen otros equipamientos como semáforos, farolas o cables extra para poner decoración de luces. Esto hace que acaben transportando muchísimos cables, que cuelgan pesadamente por encima de las cabezas de los viandantes. El cielo acaba cruzado de cables, que recuerdan un poco a ciudades con tranvía.

Estos postes tienen varias desventajas evidentes, como que no resisten tan bien el daño de los elementos (viento, lluvia…) o de las plagas (hongos, insectos, pájaros carpinteros…). En nuestra zona, el principal problema suele ser que el viento tira árboles, y éstos arrastran varios postes en su caída, con lo que hay cortes de luz. La nieve también los afecta mucho, al acumularse encima de los cables y hacerlos ceder. Además, los productos químicos que se usan para tratarlos para la intemperie, creosota sobre todo, se consideran muy tóxicos y se están intentando sustituir poco a poco por alternativas que dañen menos al medio ambiente. Por otro lado, los postes de madera también requieren mucho mantenimiento y, si no se cuidan apropiadamente, pueden causar peligro de electrocución o de incendios. La vida media de uno de estos postes es de 55 años, que no es tanto para todos los que hay. Se puede observar a simple vista como la gran mayoría de los postes están envejecidos y tienen partes oxidadas.

Yo estaba acostumbrada a no ver postes, ya que el tendido va bajo tierra en muchas ciudades españolas, o a que los postes fueran de acero o cemento. Había visto postes de madera en zonas rurales, pero se ve que tienden a desaparecer… Aquí no se cambia a otros modelos de cableado, y no parece que se vaya a hacer en un futuro. La explicación es una mezcla entre lo caro que es soterrar los cables y las dificultades de actuar en un terreno tan difícil, lleno de bosques y lagos. ¿Ya he hablado antes de los problemas de infraestucturas que tenemos aquí? Esto es otra muestra más. Sí que sé que hay zonas de Estados Unidos donde se está transicionando a postes de acero, pero no creo que en futuro lo vayamos a ver por aquí.

Si viajáis por esta zona, ¡no dejéis de fijaros en estos postes! Desde luego, tanto a mí como a varios de mi familia y amigos les ha parecido algo peculiar.